Toxoplasmosis, gatos y embarazo

Si has llegado hasta aquí porque te has quedado embarazada y tu médico de cabecera te ha dicho "Tienes que deshacerte de tu gato o te contagiará de toxoplasmosis y tu bebé tendrá problemas" o alguna frase similar, queremos ayudarte a entender qué es la toxoplasmosis, cómo se contagia y algunos consejos para que no abandones a tu gato, puesto que si vas a dar a luz a una vida, ¿por qué vas a eliminar otra?

 

  • LA FOTO ES DE UNA DE NUESTRAS ADOPTADAS LINA, JUNTO A SU HUMANA, ESPERANDO LA LLEGADA DE AREN.

 

Aren, creciendo junto a Lina y Chibiusa. 

 

 

¿Qué es la toxoplasmosis?

Según la RAE la toxoplasmosis es una enfermedad producida por un protozoo del género Toxoplasma que si se contrae durante el embarazo puede provocar anomalías fetales.

El protozoo Toxoplasma es un parásito que puede vivir dentro de las células de los seres humanos y de los animales, sobre todo de los gatos y de los animales de granja.

Es un parásito que tiene la capacidad de atravesar la placenta por ello es extremadamente peligroso para el feto, si se contagia antes de nacer presentará Toxoplasmosis congénita. Hay un 40% de probabilidades de que si una embarazada se contagia de toxoplasmosis el feto pueda infectarse, pero este valor depende del momento de la infección. Si el contagio de la madre se produce en el primer trimestre, es más improbable que el feto se contagie que si el contagio de la madre se produce en el segundo, y así sucesivamente. Sin embargo los daños que se producen en el feto durante el primer trimestre, son más graves que durante el resto.

En el caso de que el parásito atravesase la placenta del bebé y lo infectase, podrían ocasionarse graves lesiones en el cerbro y los ojos, pérdida de audición, problemas de aprendizaje e incluso la muerte del bebé [1]. 

Sabemos que todo esto es muy alarmista, pero está bien conocer los riesgos y saber tomar decisiones, por eso os queremos explicar todo para que podáis tomar vuestras decisiones.

¿Cómo se contagia?

Bueno, ya sabemos lo que es la toxoplasmosis y qué efectos puede ocasionar si nos contagiamos mientras estamos embarazadas, pero ahora hay que saber cómo nos podemos contagiar de este parásito para intentar evitar su contagio, así que, ¡vamos a ello! [2]

La vía de contagio de la toxoplasmosis es oral, ¿qué quiere decir esto? Pues que para contagiarte los parásitos deben pasar a tu cuerpo a través del sistema digestivo, ¿y esto cómo sucede? Pues a través de distintas vías que puedes ver a continuación:

  • Orofecal (boca - heces). A través de las heces de un gato infectado. Si tu gato está infectado puedes contagiarte si al limpiar el arenero lo haces con las manos desnudas y posteriormente te las llevas a la boca. O si tocas por ejemplo la pala con la que limpias y después te llevas las manos a la boca.
  • Si tocas carne o verduras crudas contaminadas y después te llevas a las manos a la boca.
  • Si comes carne, cruda o poco hecha, o verduras que estén contaminadas.
  • A través de utensilios de cocina que han estado en contacto con carne o verdura crudas contaminadas.
  • Bebiendo agua contaminada con Toxoplasma.
  • Muy raramente, por transplantes de órganos o transfusiones de sangre infectados

 ¿Tengo que deshacerme de mi gato?

Pues obviamente la respuesta es un gran y mayúsculo ¡NO!

Simplemente tendrás que tener un poco más de cuidado, pero ¿qué sentido tiene traer al mundo una vida si te tienes que deshacer de otra? 

Los gatos son un refugio natural para los protozoos Toxoplasma, este parásito se reproduce en sus intestinos, pero para que pueda infectarse debe comer presas que ya estén infectadas o carne cruda infectada, también puede contagiarse por beber leche no pasteurizada o agua contaminada. Como ves si alimentas a tu gato a base de pienso y de latas de comida húmeda de buena calidad, estos riesgos se pueden llegar a minimizar al máximo [3].

Los parásitos que llegan a los intestinos del gato forman ooquistes en su tripa por lo que después la infección los liberará en sus heces. Hasta 3 semanas después de haberse infectado liberará millones de ooquistes diarios, estos "bichitos" no se ven a simple vista por lo que es difícil saber que el gato está infectado. Los ooquistes son infecciosos a partir de las 24h siguientes de haber sido excretados. Pueden vivir en la tierra, la arena o el arenero bajo las condiciones idóneas hasta 18 meses durante los cuales siguen siendo infecciosos, además durante este tiempo se esparcen contaminando agua, fruta, vegetales... e infectando a otras especies de sangre caliente que comen estos productos.

Con esto lo que os queremos decir es que aunque hay una posibilidad de contagiarse a través del contacto directo con las heces del gato, también puedes estar expuesto a los ooquistes en otros medios.

¿Cómo evito la infección?

Si tienes gato en casa o si no lo tienes... ¡Toma precauciones!

Lo primero de todo es saber si tu gato está infectado o no, para ello tendrás que realizarle unos análisis al gato en el que determinarán si tu gato tiene o no Toxoplasmosis.

Lo segundo es hacerte tú las pruebas en las que te dirán si has pasado previamente la toxoplasmosis o no.

En cualquier caso, siempre viene bien tener un poco de cuidado, por ello:

  • Intenta evitar la limpieza del arenero, que lo haga otra persona si es posible, y sino emplea guantes desechables para minimizar el contacto y lávate las manos al finalizar. La limpieza debe hacerse de forma diaria, puesto que los ooquistes no son infecciosos en las primeras 24h, después de haber sido excretados.
  • Evita comer carne cruda o poco hecha, también evita los embutidos y el queso no pasteurizado.
  • Lava bien frutas y verduras.

 

[1] D. Hill and J. P. Dubey, “Toxoplasma gondii: transmission, diagnosis and prevention,” Clin. Microbiol. Infect., no. 8, pp. 634–640, 2002.

[2] A. J. C. Cook et al., “Sources of toxoplasma infection in pregnant women: European multicentre case-control study. European Research Network on Congenital Toxoplasmosis.,” BMJ, vol. 321, no. 7254, pp. 142–147, 2000.

[3] J. K. Frenkel and J. P. Dubey, “Toxoplasmosis and its prevention in Cats and Man,” J. Infect. Deseases, vol. 126, no. 6, pp. 664–673, 1972.


 

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