Mi nombre es Lilly, mi historia es como la de muchos otros gatitos... nací en la calle y mi mamá trasladó a todos mis hermanos pero no sé muy bien como, yo me quedé atrás y ya no supe encontrarla. Me pasé toda la noche llamándola desesperada, tenía mucha hambre, frío... estaba empapada... Tuve suerte y un hombre avisó a la policía de que había estado allí maullando sin parar toda la noche, la policía se puso en contacto con la asociación Corazón Animal y tras preguntar si no había mamá y que les contasen cómo me encontraba se pusieron manos a la obra.

Le pidieron a la persona que había dado el aviso que por favor me buscase y me cogiese y así lo hicieron, después una voluntaria de CORA me llevó al veterinario donde vieron que tenía anemia, estaba llenita de piojos y mi temperatura estaba muy baja. Tenía los ojitos cerrados y no había comido nada. Tras esto me llevó a su casa, me mantuvo calentita y me estuvo limpiando y mimando.

Parecía que todo iba a salir bien, pero mi cuerpecito no consigió recuperarse del frío intenso que había pasado y por la noche crucé el arcoiris. Al menos tuve unas horas de amor, de mimos y caricias y sé que aunque no he pasado más de 12h en la asociación me llorarán como si me conociesen de siempre.

¡Gracias por luchar por mi y por muchos de mis hermanos!